Ahora si niños, agarren a sus papás y maletas y llévenselos al patio de su casa, a la alberca del club, al restaurante favorito.

No importa el destino, si no el tiempo de convivencia con toda la familia que estas vacaciones nos permite.

Unos corren a las playas, otros se quedan en la ciudad a disfrutar del cine, las riberas, las alberquitas inflables en la cochera no son mala opción hasta para los adultos.

Es tiempo de reflexión también, el tiempo en familia siempre debe ser motivo para detenerse a pensar, estamos haciendo bien las cosas? vamos por buen camino? nuestros objetivos como familia se estan logrando?

Lo bueno de todo al final, es que regresamos a la escuela llenos de energía y bien morenitos, para seguir con nuestro ciclo escolar y esperar las siguientes vacaciones de verano.